Investigación y textos: Manuel Novik. Fotos y video: Luis Argüello. Infografías: Jazmina Ojeda /
Lea el artículo original aquí. Todos los créditos a los autores antes mencionados.
El proyecto minero industrial más grande en la historia del país explotará un yacimiento de cobre hasta 2049. En Mirador se construye el segundo dique de contención de desechos mineros más grande del mundo. El mal manejo de los desechos por parte del consorcio chino le ha valido sanciones y observaciones del Estado.
La primera mina a gran escala del Ecuador se excava en plena Cordillera del Cóndor, una cadena montañosa de alta biodiversidad en la región amazónica. El proyecto está en Zamora Chinchipe, la provincia fronteriza con Perú. Para acceder a la concesión hay que recorrer una sinuosa autopista en mal estado.
El proyecto a cielo abierto desecha el 98% del material pétreo que procesa. Con más de 140 mil toneladas de roca procesadas al día, el depósito de los desechos en gigantescas escombreras genera alertas. Las represas mineras, conocidas como relaveras, aglutinan una masa lodosa con miles de toneladas de tierra, agua y químicos, productos del procesamiento de metales.
La concesión Mirador tiene dos: Quimi y Tundayme. La primera puede almacenar 7.5 millones de metros cúbicos de relaves, mientras que la segunda tiene capacidad para 370 millones. En esta última se construye el segundo dique más alto del mundo, que con 260 metros deberá garantizar que los desechos se queden en ese valle a perpetuidad y no contaminen zonas cercanas.
En la relavera Tundayme se construye el segundo dique más alto del mundo (265mts). Las torres de decantación, que servirán para filtrar el agua de la represa, dan una idea de lo alta que será la estructura. Foto: Manuel Novik
Las piscinas de oxidación se encuentran entre ambas relaveras, en una zona de alta pluviosidad y empinadas colinas.
Actualmente, el dique de mayor altura mundial está en Perú, en el proyecto minero de Freeport McMoran Cerro Verde, con 265 metros de altura, según Global Tailings Portal.
El dique minero más alto del mundo está en Arequipa, Perú. La concesión Cerro Verde es operada por la empresa estadounidense Freeport-McMoRan.
El campamento minero que alberga al personal está en las faldas de estas represas. A menos de cuatro kilómetros hay varios poblados. Un colapso en estas infraestructuras podría provocar un aluvión que ocasione la muerte de cientos de personas.
El caso más dramático de este tipo de desastres ocurrió apenas hace cuatro años en Brumadinho, Brasil. A medio día, mientras los trabajadores estaban en su jornada laboral, una avalancha no dejó oportunidad de escape. El colapso del talud de una gran relavera hizo que en 10 segundos el 75% de los desechos inunden las inmediaciones. Hubo 270 muertos y un pueblo enterrado.
La proyección de beneficios para el Estado por tributos y la concesión, según proyecciones del Ministerio de Energía y el Banco Central, sería entre $7.000 y $9.500 millones, una cifra similar al total de ingresos al Presupuesto del Gobierno entre enero y mayo de 2023. El reporte afirma que la mina creó más de 3.000 empleos directos y alrededor de 10 mil indirectos hasta fines de 2022. El Estado participa de un 52% de los beneficios de aprovechamiento de los minerales.
Los letreros que rodean el proyecto a menudo están en español y chino. Los ciudadanos chinos, que generalmente ocupan cargos administrativos o gerenciales, circulan por el proyecto con camionetas todoterreno.
De dónde vienen los desechos mineros
Para encontrar el cobre, la industria minera ha desarrollado un proceso de “purificación”. Del total solo un 2% tiene concentrado de cobre. Un primer 50% de excavación con explosivos o perforadoras de roca esteril. Generalmente este material pétreo es utilizado para construir los diques de las propias relaveras.
El colectivo Geografía Crítica explica el proceso para el 50% restante, que sí contiene cobre. La roca pasa por un proceso de trituración hasta obtener una especie de arena. Ésta luego se mezcla con agua y químicos que ayudan a los metales a separarse de la arena y flotar. La capa superficial se retira para luego pasar por un proceso de deshidratación. Mirador cuenta con la primera planta de beneficio del país, donde se obtiene el concentrado de cobre, que luego se exporta al país asiático para continuar su procesamiento.
Los restos se quedan con los químicos agregados en el proceso, además de partículas de metales pesados nocivos para la salud como cianuro, cadmio o cromo. Por otro lado, la roca expuesta luego de la perforación contiene naturalmente metales que pueden entrar en contacto con el agua y el aire y producir ácido sulfúrico, un elemento que puede contaminar las fuentes de agua. Los relaves por sí mismos no son tóxicos, pero si no son administrados de forma hermética pueden producir desastres para la salud y el ambiente.
Según el investigador de la Universidad Andina, William Sacher, al final de los 30 años de vida útil del proyecto se generarán 325´000.000 millones de toneladas de relaves, equivalentes a cuatro veces el volumen del cerro del Panecillo de Quito, una loma icónica de la capital ecuatoriana. Sacher agrega que la cifra la cifra es comparable a la producción de desechos de la ciudad de Guayaquil durante más de 400 años.
Este es el tamaño del monte del Panecillo. Los desechos que generaría el proyecto equivaldrían a cuatro veces esta loma.
La construcción de los diques
Existen tres tipos principales de construcción de relaveras: Aguas arriba, Aguas abajo y Eje central.
El primero consiste en diques del mismo tamaño que se apilan uno encima del otro en dirección a la playa de relaves. Este es el método más barato por la baja cantidad de recursos que se necesitan. También es el más riesgoso en caso de un sismo ya que los relaves húmedos quedan debajo de la presa. El método también es más susceptible ante casos de inundación.
En Ecuador hay un acuerdo ministerial emitido por el Ministerio de Energía que prohíbe expresamente la utilización de este método.
El segundo es el más seguro y el más costoso. Este consiste en la construcción de un dique cada vez más grande en dirección opuesta a la playa de desechos. Este método reduce la posibilidad de filtraciones y aumenta el hermetismo entre los diques.
El tercero es un punto medio tanto en términos de costos y de seguridad, ya que deja relaves húmedos debajo de la presa. Este método es permitido en Ecuador solo en los casos en que la morfología del sitio permita tener condiciones de estabilidad favorables.
El Ministerio de Energía asegura que para la relavera Quimi se utilizó el método aguas abajo en la primera fase y el método de eje central en la segunda. En total el depósito alcanza al momento una altura de 30 metros. Energía asegura que la relavera Tundayme está siendo construida aguas abajo. Para ésta última se desvió el cauce del río y se destinó esa zona encañonada para almacenar los desechos.
Pero Steven Emerman, investigador que fue parte de un reporte de la consultora E-Tech sobre el caso, afirma que la represa Quimi se construyó en violación al acuerdo ministerial empleando el método “aguas arriba”. El geofísico visitó las inmediaciones del proyecto y realizó estudios durante años para determinar que hubo diferencias entre la propuesta inicial y la construcción final.
El investigador Steven Emerman es Máster en Geofísica por la Universidad de Princeton, tiene un Ph.D. en Geofísica por la Universidad de Cornell. Captura de video
El investigador explica que el en el método “aguas abajo”, el dique inicial es el más pequeño, sobre ese se construyen diques adicionales de mayor tamaño en dirección opuesta a los desechos. En la relavera Quimi, la ubicación del borde se encuentra al límite con la carretera y el río, por lo que la construcción de diques adicionales aguas abajo sería imposible. “Energía da una respuesta basado en los diseños, no en lo que en realidad existe en el campo”, sostiene.
Emerman afirma que el Estado no ha entregado información sobre el método empleado para la relavera Tundayme. Pero el investigador señala que la altura proyectada para el dique de 260 metros es ilegal en la propia China.
Según Energía, la represa del Quimi tiene cerca de 1 millón de metros cúbicos libres en caso de suspensión de las operaciones en la represa Tundayme. El Ministerio asegura que las represas mantienen constantes tareas de limpieza y drenaje.
El investigador Emerman asegura que el dique inicial está construido al borde de la relavera Quimi, por lo que el método aguas abajo no se podría haber empleado, como asegura el Ministerio de Energía. Abajo, el río Quimi fluye a pocos metros de la escombrera.
Ecuacorriente se negó a conceder una entrevista a este portal sobre este tema. Tampoco accedieron a responder preguntas por escrito acerca de la metodología empleada para la construcción de las relaveras en el lugar.
¿Colapso “inminente”?
El informe de E-Tech afirma que Mirador constituye el peor escenario posible para un desastre en las relaveras: combina un lugar de alta sismicidad, alta precipitación, alto relieve topográfico, gran altura de las represas, entre otros factores. Según Emerman, un colapso en Mirador no solamente es probable sino que es inminente. Asegura que tarde o temprano habrá actividad sismica o lluvias intensas y que la infraestructura del proyecto no está preparada para resistir, no solo hasta que termine la operación en 2049, sino a largo plazo. Luego del cierre de las operaciones mineras, los desechos quedarán en el lugar a perpetuidad.
El investigador asegura que la empresa ha aumentado la capacidad de almacenaje de relaves y ha obtenido los permisos para operar sin la vigilancia del Gobierno, “no hay forma en que pueda resaltar lo peligroso de esta situación. No conozco ningún país que permita esto, que diga, si, tienes el permiso y resuelve en el camino lo que haces con los relaves”.
Las afirmaciones de Emerman tienen que ver con las observaciones de la Contraloría. La entidad de control señaló que la empresa construyó la planta de explosivos sin autorización y por tanto se desconocen los detalles sobre los productos allí fabricados.
Además, se iniciaron las construcciones de las relaveras sin la aprobación de factibilidad técnica por parte de Energía. Según la CGE, tampoco hubo control de los desechos generados en el proyecto por parte de la Dirección Provincial de Ambiente.
“no hay forma en que pueda resaltar lo peligroso de esta situación. No conozco ningún país que permita esto, que diga, si, tienes el permiso y resuelve en el camino lo que haces con los relaves”, steven emerman, e-tech.
E-Tech envió pedidos de información a Ambiente y Energía que fueron negados por el Estado por una cláusula de confidencialidad. La consultora ha solicitado a organismos internacionales que se tomen medidas para que el Estado libere información que es pública. La Asamblea Nacional también solicitó información pero tampoco se le entregó.
Según otro estudio de Steven Emerman de 2019, la presa Quimi se construyó con un ángulo de 45 grados, con una pendiente de un metro vertical por un metro horizontal, a pesar de que en el Estudio de Impacto Ambiental se había especificado una pendiente de un metro vertical por dos horizontales. Instituciones como el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EEUU o la Comisión Europea recomiendan pendientes de uno por cinco o hasta uno por tres debido a procesos de erosión interna que aumentan el riesgo de debilitar la estructura.
El Ministerio de Energía afirma que la pendiente de la represa Quimi tiene un ángulo de 29,74 grados y fue construida con una pendiente de un metro vertical por 1,75 metros horizontales. En el caso de la represa Tundayme, asegura tendrá un ángulo de 18 grados una vez finalizada su construcción.
Según el reporte de E-Tech, en 2007 los propios consultores de EcuaCorriente, Knight-Piésold, asignaron una categoría de falla de represa de “Muy Alta” a la represa de Quimi.
En 2018, David Dene, experto de las Naciones Unidas sobre Armonía con la Naturaleza y Juan Pablo Sáenz, abogado residente en Quito, solicitaron medidas cautelares en la Corte Constitucional para impedir que se utilice infraestructura inadecuada para la contención de desechos. Los dos ciudadanos afirman que una catástrofe es inevitable dadas las condiciones naturales del sitio.
Los solicitantes no discuten que la empresa cuente con los permisos, alegan que en otros desastres del mismo tipo en Brasil, Canadá e Israel, las empresas estaban en regla, pero alertan que con seguridad habrá eventos sísmicos e inundaciones por lo que el desastre es “inminente”.
El caso en la CIDH
En 2013, un conjunto de organizaciones sociales presentó una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por violaciones a los derechos ambientales en relación a la construcción del proyecto Mirador. La acción internacional fue planteada por la CONAIE, CONFENIAE, Fundación Pachamama, Acción Ecológica, INREDH, el Centro de Derechos Humanos de la PUCE y varios pobladores locales afectados. Los accionantes y el Estado ya han presentado sus argumentos y están a la espera de una resolución.
Los accionantes afirman que hay daños ambientales severos, desplazamientos forzados, afectaciones a territorios ancestrales de la nacionalidad Shuar y violaciones a derechos colectivos como el derecho al territorio y el derecho a la consulta libre, previa e informada. Mario Melo, uno de los abogados que auspicia la causa, le dijo a este portal que, “hay 70 familias desplazadas en Tundayme, el pueblo de San Marcos fue desaparecido y sus pobladores no han sido reparados”.
Mario Melo es el decano de la facultad de Jurisprudencia de la Universidad Católica. Captura de Video
El jurista sostiene que “lo que era un bosque amazónico ahora es un gigantesco agujero que ha cambiado el uso de suelo”. El abogado sostiene que en Mirador surgen fuentes de agua tributarias del río Zamora, una conexión de las aguas de los Andes y del río Amazonas. “Estamos hablando de daños transnacionales”, asegura.
Entre los poblados afectados por el proyecto están las comunidades de San Antonio, Santa Cruz, el Valle de Quimi, El Quimi, Machinaza Alto, Chuchumbletza, Remolino 2 y Tundayme. Además de las comunidades shuar de Yanúa Kim, Churuwia, Etsa y San Carlos de Numpaim.
El Vall del Quimi es una comunidad de bajos recursos económicos. El poblado está en las faldas del proyecto minero.
Un mundo que se llena de relaves
La industria minera es una máquina generadora de desechos. En Mirador solo un 2% del material removido es concentrado de cobre, el resto es inutilizable. Toneladas que se convierten en montañas de desechos lodosos que se almacenan a perpetuidad.
Existen entre 29.000 y 35.000 escombreras mineras a nivel global, ya sean de concesiones activas, inactivas o abandonadas, según World Mine Tailings Failures. La organización registra que desde 1960 hasta 2023 hubo 156 catástrofes derivadas de los colapsos de estas infraestructuras. Un 85% de las catástrofes se reportan en represas activas.
La minería a gran escala implica la remoción de montañas enteras y produce algunas de las infraestructuras más grandes construidas en la historia. Según un reporte de la agencia Reuters, la minería industrial inició en los 1800 ‘s en Japón y Francia, para dar paso al auge minero en Estados Unidos y Canadá desde 1881 durante todo el siglo XX.
Después de la Segunda Guerra Mundial se registró un aumento exponencial a nivel mundial e ingresaron al mapa minero Sudáfrica y Australia. En los 70s la industria llegó a Sudamérica, pero no fue hasta la década de 2010 donde se registró el mayor número de represas construidas en todo el mundo.
A pesar de los avances en la tecnología minera, desde 2014 han ocurrido siete desastres significativos en Estados Unidos, Israel, China, Canadá, México y dos veces en Brasil. Las consecuencias de estos accidentes son devastadoras. Por ejemplo, el caso de Mount Palley en Canadá implicó el descargue de 25 millones de metros cúbicos de desechos, el equivalente a 20 mil piscinas olímpicas, según UN Environment y GRID Arendal.
Así se veía la relavera de Mount Polley en Canadá antes y después del colapso que descargó 25 millones de metro cúbicos de desechos. Fotos: The Narwhal
No hay una base de datos que compile todas las escombreras del mundo. Uno de los registros más completos lo inició la Iglesia de Inglaterra en 2019 luego de la catástrofe de Brumadinho (Brasil). La institución anglicana junto otros 114 inversores fundaron la Iniciativa para la Seguridad de los Inversores en la Minería y las Escombreras (IMTSI por sus siglas en inglés). Con más de $20 billones de activos gestionados por empresas mineras, los accionistas iniciaron un proceso de rendición de cuentas para evitar que un accidente de esa magnitud vuelva a ocurrir.
Aunque la Iglesia de Inglaterra lleva un subregistro, 100 de las empresas mineras más grandes del mundo entregaron información sobre el uso de 1800 relaveras. De ese registro un 50% de los embalses están inactivos o abandonados, es decir, las operaciones mineras ahí han concluido.
Un 42% de las represas son construidas con el método aguas arriba, un 30% se construyeron con el método aguas abajo. El resto se distribuye al menos cinco métodos diferentes, cómo de etapa única, el de pozo o el de pila. Aunque la mayoría de empresas chinas e indias no respondieron al consorcio, el registro reporta que al menos un tercio de las relaveras a nivel mundial tienen problemas de estabilidad.
Este reportaje se produjo con el apoyo de Earth Journalism Network.